viernes, 8 de junio de 2007

El Mario Catalán, el Rey de la Cueca...Ya no es el mismo.


Mario Catalán, el “cabro Mario”, el que se hacía huincha golpeteando los platillos de las tazas al compás del “huifa rendija”, rey de las cuecas de verdad...“de esas achaflanadas, de vivaracho”...está triste, más triste que la princesa del poema de Rubén Darío...¿Qué tendrá?

Ni se ríe siquiera, solo en un inmenso salón de calle Recoleta...“fíjese bien...este “livin” mide más de cien metros cuadrados. Usted debiera haber visto las fiestas que armábamos aquí. Casi cuatrocientas personas vinieron para el casamiento de mi hijo, y la cosa duró...de sábado a sábado. Puro whisky y vino del bueno. El dúo Rey Silva se me cansó a los tres días.

“LA ROSITA”

Son tiempos pasados, historia vieja por culpa de la...Rosa de Fuego...la Rosita...la cirrosis...“Chis, hace cuatro años que no tomo ni gota. Si me tuvieron que sacar dos kilos y medio de estómago con ombligo y todo. Casi me llevó la negra y eso que siempre he sido tiesazo pa' as enfermedades...”

Hasta flaco está. Pesa sólo 112 kilos y “en mis tiempos no bajé de los 150...Lo que pasa es que estoy aburrido. Yo siempre he sido un gallo de zambullidas. Llevaba 50 años tomando y ahora...hace cuatro que me pegué la tremenda chantada. Los amigos lo invitan a uno, se ponen a tomar y piden cuecas. Yo les canto, pero...¿Se da cuenta?¿Cómo voy a agarrar vuelo con puro...tecito?

-¿El médico le prohibió estrictamente el alcohol?

“No tanto, pa' que le voy a mentir. Con decirle que él mismo me regalo una botella whisky. Pero soy yo el que no quiero tomar. ¿Cómo voy a querer si, después que me enfermé, he enterrado a diez de mis amigos igualitos a mí?. Con decirle que en una de esas idas al Cementerio me encontré con el Lalo Castro, un cabro de allá de la estación...”Chis, me dijo, venís a ver cómo está la cancha? Y yo le contesté: “Güena oh, el que viene a renovar el permiso al camposanto soy vos”. Fíjese pues, la bromita...A la semana el Lalo se muere...así que yo pienso: harto aburrida es esta cosa, pero más mejor...no tomo na.

NO ME QUEJO

Y ahí se está, sin tomar...“pero la inspiración no me falta, acostado, me desvelo y se me ocurren cuecas. Lo que me tiene molesto es que me llevaron mi cuaderno donde tení, a la “la cachá” de cuecas nuevas. Es que piensan hacer un disco, pero todo está parado por ese lío de los “cassettes”.

Autor de más de cien cantos zapateados y escobillados, desde el “Quiéreme como te quiero...aló, aló” hasta el “Hay un toro en Marruecos, y una vaca en Peñaflor, Torito enamorado y estai capao...pa' que te picai”...el “cabro Mario” no se queja, sin embargo, de la vida.

“No, no me quejo. Si lo he pasado harto bien. Mire, yo estoy desde los diez años metiendo , bulla. A los 7 llegué de Antofagasta y me metí en la Vega. Vaya usted a preguntar por mí allá...soy más conocido que la Asistencia Pública. A los siete ya me las daba de comerciante, vendía ajo, pedazos de zapallo y cebollas en la mano...A chauchaaa el aaajo, caseeera...todos por un veinte. Chis, mis gritos se oían a cinco cuadras y tenían entonación. Si yo nací pa' meter bulla. Primero empecé tocando cuecas con conchas de choro...vieran usted como se arremolinaban pa' seguirme”.

A “PAREJITAS”

Después, cuando se le quebraron las conchas de choro...“la agarré con los platillos de las tazas pues. Me iba todas las tardes al “As de Bastos”, una pensión que quedaba ahí mismo en la Vega, y me ponía a tomar y cantar cuecas. Chis, si yo a los diez años me curaba a parejitas que los borrachos en los bares...¿Cómo no me iba a agarrar después la “Rosa de fuego?”

Se queda pensando y comenta: “Y, mire lo que son las cosas. En 50 años que viví prácticamente “curao”, no me pegué ni un costalazo. Y ahora, bueno y sano, me he quebrado este mismo brazo dos veces...”.

-¿Hasta cuánto ha llegado beber de una “sentada”?

“Uuuuy. Mire, me acuerdo de una apuesta que hicimos una vez con el Guatón Neno...que ya se murió también. Entre las 8 y la una de la tarde nos tomamos un chuico completito, de esos de 15 litros. Pa' qué le cuento, el guatón Neno, que pesaba como 200 kilos, no se podía parar. Tuvieron que instalarle una cama ahí mismo para que pasara la mona, porque tampoco nadie era capaz de sacarlo afuera”.

PURO TECITO

Nuevamente está recordando. Todo eso ya no es posible...”Qué se le va a hacer. Si estoy más aburrido que una ostra. Mire, yo siempre he sabido ganar billete. A parte del local en la Vega tengo otros negocios, otros malabares. Me iba, por ejemplo, a vender casimires fuera de Santiago. Armaba una buena bulla y, entre trago y trago, cueca y cueca, vendía todo y me venía sin mercadería a Santiago...Pero ahora, ni ganas me dan de ir a hacer negocio pa' pasarme el día tomando tacitas de té. Mejor los vendo aquí en Santiago. Mire, tenía 22 ternos nuevitos, todos con chalecos, de todos los colores. Ya he vendido ocho...”.

Y abre un tremendo ropero, empotrado en una pieza no menos inmensa, y muestra toda su ropa...“tengo hasta un terno blanco para la tele”.

-¿Y se lo ha puesto?

“Qué me lo voy a poner. No ve que con los “machucados” que me acompañan con la guitarra, voy a parecer gato de molino...”

“PARECE LESERA”

Y se ríe, por fin, con ganas. Luego agrega:
“Mire, la firme es que me aburro a muerte. Pero no puedo quejarme de nada. Lo he pasado harto bien. Esta tremenda casa es toda mía. Siempre he sabido ganarme el puchero y le tengo a la señora el refrigerador lleno de buena comida. Tragos, pa' qué les digo, aunque yo no tomo, me gusta que los otros lo hagan...Si no me enojo...Tengo como 500 botellas de wishky en la casa...No puedo quejarme. Sería como sacarle la lengua a la vida. Sería ser muy mal agradecido. Mire que yo llegué a la pura cuarta preparatoria y...a cabezazos. Y, sin embargo, he salido adelante...No me quejo. Lo único que pasa es que estoy más aburrido que bailar con la hermana y, mas encima, los otros se siguen muriendo...¿Sabe lo que tengo que hacer esta tarde? No me va a creer, pero tengo...otro entierro...Parece lesera la cuestión”.

María Angélica de Luigi
Fotografía: Miguel Rubio
Las Últimas Noticias, Miércoles 5 de Septiembre de 1979

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Carlos Felipe y Diego:No me queda más que felicitarlos por este lindo espacio en donde muestran entrevistas y reportajes a nuestros músicos del pueblo. Al leer estos artículos uno se transporta a esos barrios en donde antiguamente se cantaba con el alma y el corazón. Músicos por tradición y con toda la sabia del pueblo mismo.
Eso es querer sus raíces, costumbres y preservarlas para que así generaciones futuras conozcan la historia de su país.
Sigan adelante, siempre tendrán el apoyo de la gente que les ha entregado estos conocimientos, sobre todo de los cuequeros chilenos y en general de los talentosos maestros músicos ya casi olvidados. Es su responsabilidad como músicos e investigadores mantener estos recuerdos vivos.
Con afecto desde Chiloé. Ximena Aguilar.

Anónimo dijo...

Qué alegría me produce ver estos nuevos espacios dedicados a la chilena. Cuando uno a veces empieza a perder la fe en la gente aparecen chispas como ésta. Felicidades a las personas que trabajan en este valiosísimo aporte. Me gustaría saber de dónde obtienen la información y si es posible contactarlos para conocer más acerca de discos y documentos de la cueca.
Gracias por esto.
Otro cuequero hasta la muerte.
(jusufruaufn@hotmail.com)

Anónimo dijo...

Buena cabros, navegando encontre este excelente blog, ojala sigan subiendo notas sobre la cueca centrina.

Eso si me gustaria saber sobre las diferencias notorias entre las cuecas bravas y porteñas, asi como tambien ver la posibilidad si es que hay diferencias entre la centrina y la urbana, ya que en estos días los que se dicen cantores poco y nada cultivan la tradicion y es asi que la poesia que antes era compañera de la misma melodia, ha quedado muerta para este presente en donde abunda la flojera y el concepto de innovacion "facil" de poca y nada creatividad... mucho menos talento.


Gracias

dider_orostegui@hotmail.com

Anónimo dijo...

Gracias por su comentario.

En primer lugar, creo que las diferencias entre la cueca brava y porteña van por el lado de la temática principalmente, y por su origen geográfico, sin embargo, no creo que sean muy importantes las diferencias ni que exista una claridad al respecto, pues la cueca es una sola a fin de cuentas. Lo mismo pienso acerca de la cueca urbana, o centrina, se refieren a las cuecas de la urbe, de la ciudad, pero son conceptos similares, y que probablemente habrás escuchado utilizar indistintamente, quizás la diferencia es la época, pues el término de "cueca centrina", es antiguo, y el de "cueca urbana" es actual y mas académico para denominar la cueca de la ciudad. Lo que suele suceder, según mi experiencia, es que se suelen utilizar muchos términos diferentes que nunca han tenido gran relevancia ni una claridad definida. Y a la vez, varias agrupaciones se autodenominan con algunos términos ligados a la cueca, pero no significa que exista claridad alguna al respecto.

Saludos.

Anónimo dijo...

Fui testigo de la anecdota de Don Mario con mi padre Lalo Castro, yo lo acompañe al cementerio en esa oportunidad y la recuerdo como si fuera hoy, carcajada general provoco en muchos de sus amigos que ahi se encontraban. Para que decir lo que fue para mi esa anecdota de don Mario, mi padre efectivamente murio a los pocos días de ir a enterrar a unos de sus amigos.

Criss dijo...

Ja... Me saqué la cresta buscando este reportaje de LUN hasta que lo encontré la semana pasada en la Biblioteca Nacional... No sé cómo no lo vi en su página antes, ahorrándome no se cuántos días de trabajo... ¿Alguien sabe la fecha o al menos el año en que murió Mario Catalán? He recibido información contradictoria al respecto (estoy investigando sobre su vida). Saludos.