lunes, 14 de julio de 2008

La reina de septiembre


A nivel nacional, este puerto concentra el mayor número de clubes y entidades que difunden y practican nuestro baile nacional.
Que aprender a bailar cueca es sólo para talentosos es un mito, subrayan los cultores de la danza nacional, de la misma forma en que echan por tierra aquella creencia de que únicamente en septiembre despierta el espíritu por escucharla y practicarla.
Basta oír los primeros sones de "El guatón Loyola", tan emblemática como la canción nacional, de "La consentida", o de "La rosa con el clavel" para que de inmediato las palmas se plieguen al unísono en el típico "¡clap, clap... clap, clap... clap, clap...!" con el que se advierte, es hora de "cuequear".
Robinson Olivares, fundador y presidente del club de danza "Alma de Chile", recuerda los emocionantes instantes en que Nicolás Massú competía por el oro en Atenas y de fondo, entre la algarabía del público, destacaba el inconfundible compás que los chilenos tienen internalizado desde que nacen y que lo marcan espontáneamente con aplausos cuando se sienten motivados por alguna situación asociada a su identidad.
Es la impronta de este símbolo patrio que para muchos sufre falta de difusión. Craso error, sostienen los expertos. De partida, el puerto de Valparaíso ostenta la mayor cantidad de grupos folclóricos del país que tienen como objetivo, entre otros, divulgar y fomentar la cueca durante todo el año y entre los niños a edades cada vez más tempranas.
Olivares ha sido testigo desde mayo de 1990, cuando se fundó el club que hoy dirige. "Empezamos con 14 alumnos y hoy tenemos más de 200. El interés por aprenderla es una constante, no sólo en septiembre. Todos los meses hay convocatorias en las que hacemos muestras de los diferentes tipos de cueca (ver segundo tema) y siempre los salones se llenan". Más de tres mil personas la han aprendido en los 14 años de existencia del "Alma de Chile".
Otro error frecuente es creer que solamente la bailan las personas mayores y que a la juventud no le interesa. Según Olivares, la afluencia de jóvenes en las clases es cada vez más notoria. "Por esta razón es que organizamos junto con la Corporación Municipal y el Museo de Historia Natural la Muestra Escolar de Cueca. Los niños son los más motivados y por eso les dictamos charlas referidas a los orígenes del baile nacional". Admite, sí, que en un principio costó lograr que los papás le dieran la importancia que merece esta labor. "Es culpa de algunos folcloristas porque hay muchas versiones respecto a los orígenes de la cueca. Muchos dicen que es peruana o le adjudican otras nacionalidades y eso no ayuda a que la gente se interese por aprender un baile que piensa que no es originario de su país".

BAILE IMPUDICO

Robinson Olivares está próximo a publicar un libro -"La cueca centrina moderna"- en el que intenta evitar que sigan apareciendo confusas teorías referidas al origen de la cueca, la que asegura es cien por ciento chilena. "No puede ser peruana, menos argentina", afirma. Según sus investigaciones, viene de la zamacueca, apelativo del que no existe un estudio etimológico, y luego, con el tiempo, se transforma sencillamente en cueca como la conocemos. Nació en Chile en 1918. "Se dice que viene de la zona atacameña, lo que tampoco es real", agrega.
Explica que surgió en nuestro país, en el seno de las clases sociales más bajas. "Cuando se empezó a transmitir este baile a los demás estratos de la sociedad se decía, incluso, que era impúdico porque la 'china' se levantaba un poco la falda y dejaba ver un poco más arriba de su rodilla; pero luego este ritual caló hondo entre los dueños de fundo que lo asimilaron como costumbre. De hecho, los que bailan no son pareja -marido y mujer- sino el patrón y la sirvienta".
Para Olivares, los distintos orígenes que se le han atribuido a la cueca surgen de errores entre los campesinos que se convierten en tradición porque se van transfiriendo de generación en generación. "Se llegó a decir que la cueca es zoomorfa, es decir del gallo y la gallina, porque emula los movimientos de estas aves de corral", lo que para Olivares es una verdadera aberración.

PERUANA ¿POR QUE?

La versión de que nuestro baile nacional es peruano es otro error. "Los chilenos llevaron la cueca a ese país con la Expedición Libertadora. Allá la asimilaron como propia. Después de la Guerra del Pacífico, como estaban enojados con nosotros, cambiaron el nombre de cueca chilena por el de cueca marinera. Así surgió la equivocación".
También se ha dicho que viene de Argentina. "Le decían zamba cueca o zamba clueca, pero son otras deformaciones de origen campesino". Olivares tampoco acepta las especulaciones de que viene de Africa. "Se dijo eso porque por Quillota había tránsito comercial de esclavos. Un comerciante francés los vio una vez bailar "Lariete", ritmo africano, y confundió ambas manifestaciones. Después, el folclorista Pablo Garrido acuñó la versión del hombre galo y de ahí surgió la idea de que la cueca es africana".
Osvaldo Gajardo, integrante de la agrupación "Los Paleteados del Puerto", que este fin de semana lanzó su tercera producción dedicada a la cueca centrina, tiene una opinión absolutamente diferente. "Hay que ser bien honestos y reconocer que la cueca no es chilena".
Gajardo advierte que, por lo general, los grupos folclóricos tienen mala fama porque poco saben de sus propias raíces. "No nos pueden echar a todos en el mismo costal. Nosotros nos preocupamos por investigar el origen de la cueca y por eso hablo con responsabilidad".
Respaldado en varias investigaciones hechas por autores connotados de quienes ha recibido publicaciones de primera mano, agrega: "Tiene influencias de Arabia, ése es el origen primitivo de la cueca chilena. Pasó por varias etapas y países, y se fue degenerando, si se quiere, hasta llegar a Chile como la cueca que conocemos". Acota que también tiene origen en Perú, donde hay bailes muy similares, al igual que en Argentina. "Es más, cantamos cuecas como chilenas y resulta que están en ediciones antiquisimas en Perú".

TRADICION Y VANGUARDIA

La agrupación "Los paleteados del puerto", nombre que le puso el conocido artista Alberto Rey, del dúo "Rey Silva", se formó en 1991, después de efectuar sus primeras grabaciones de música chilena en Sony Music, invitados precisamente por Rey, quien después de escuchar a un grupo de viejos cuequeros en Valparaíso, se alucinó y los llamó a producir un disco en Santiago. Por las atenciones que recibió de estos veteranos en cada una de sus venidas a esta zona, le surgió la idea de llamarlos "Los paleteados del puerto", pues necesitaban un nombre para grabar su primera placa. Además de Gajardo, integran el grupo Gloria Arancibia, pianista y Elías Zamora, quienes han optado por difundir y dedicarse a la cueca tradicional centrina con el ánimo de que no se pierda entre las versiones "modernas" que han ido apareciendo con bastante fuerza.
De hecho, este martes 14, "Los paleteados del puerto" protagonizarán junto con otra agrupación, "Los afuerinos", el Primer Encuentro de Cueca Tradicional y de Vanguardia, en el que "medirán fuerzas" con "Santiago Urbano" y "Mario Rojas Grupo", bandas que se han destacado por la búsqueda de sonoridades más contemporáneas en la cueca urbana, asociada al jazz o la música popular, sin abandonar los esquemas tradicionales del canto cuequero. El Teatro Municipal de Viña del Mar será sede de este encuentro sin precedentes que reunirá a representantes de varias generaciones y tendencias en la cueca urbana.
A Gajardo le cuesta admitir que no le gustan mucho estas versiones de vanguardia porque de una u otra forma desvirtúan la cueca tradicional, ya que no quiere aparecer en contra de estas manifestaciones. "Sonaría, a lo mejor, defendiendo como viejo la cueca tradicional; pero si es cueca bienvenida sea, mientras mantenga el estilo. La métrica, que es una sola, desde la chilota hasta la nortina; el patrón tiene que respetarse. La diferencia está en la forma en que se interpreta".

PASION JUVENIL

Según Robinson Olivares muchos folcloristas no están de acuerdo con estas evoluciones, pero lo importante es llegar a la gente. "Todo cambia, nuestro baile también, pero lo fundamental es que se mantenga la coreografía". Agrega que la cueca es ante todo un sentimiento y como dijo Margot Loyola, eso se nota porque el varón habla con los ojos mientras la baila.
A su juicio, basta con ver a una persona bailando de corazón para detectar sus características emocionales. "Podemos saber si está triste o está contento. Hay un diálogo permanente que se transmite a través de nuestra danza". En lo que coinciden plenamente Olivares y Gajardo es en la alta aceptación, incluso pasión, que despierta la cueca entre los jóvenes, en contradicción a la idea de que los "lolos" no salen del heavy metal, el rap o, en su defecto, de la cumbia y la salsa.
Daniel O'Ryan vive en Villa Alemana y tiene un grupo de amigos de infancia -sus edades oscilan entre los 17 y os 30 años- con los que asiste religiosamente, desde hace por lo menos una década, todos los 18 de septiembre, a la ramada "Donde Pepe".
Es para todos ellos, Daniel, Cinthya, Mario, Pablo, Marcela, Katherine...la gran oportunidad para reunirse y dar rienda suelta a sus dotes de bailarines abocados al folclor. Pero el asunto no se queda sólo en la fiebre dieciochera. Cuando tienen oportunidad, durante el año, se reúnen para enseñar y transmitir a los niños más pequeños de la comuna las emociones que produce bailar cueca. Osvaldo Gajardo es también fiel testigo de la acogida que tiene la cueca a todo nivel. "En Valparaíso y Viña del Mar, en muy poco tiempo, se hicieron cuatro cuecazos, en los teatros municipales de cada ciudad. A pesar de ser tan seguidos, en las cuatro oportunidades se llenaron los recintos. Más aún, mucha gente quedó afuera".

Para todos los gustos

Según Robinson Olivares existen 19 tipos de cueca desde la nortina hasta la sureña. Aunque él se dedica a enseñar la centrina o "huasa", los conoce muy bien todos.
"Las variaciones están en la forma. En el norte, el varón y la dama son fríos. Casi ni se miran. El baila con las manos en los bolsillos, tanto así, que bailan cuecas no cantadas".
En el centro es de otra manera. "Es una cueca más 'normal' que se destaca por el zapateo y se usa el típico traje de china -lo único que es originario de España- y el de huaso".
En el sur, el baile va tomando otro cariz. "El varón se pega demasiado a la dama, es más insistente". Añade que en todos termina el baile al mismo tiempo que la canción, excepto en el sur, que siguen bailando hasta que la música deja de sonar.
Olivares mantiene vigente el ritual que hay detrás de la cueca. "Es un cortejo que termina con la conquista de la dama por parte del varón". Asegura que a pesar de la creencia de que es un baile difícil, eso es un mito. "Los chilenos lo tenemos internalizado, todos la podemos bailar. Hay personas que la aprenden en la primera clase".
Cuenta que muchas autoridades han ido a su Club de Danza, urgidas, a aprender y han salido satisfechas y contentas. "Hemos tenido concejales, seremis, autoridades de Carabineros y de la Armada de alto grado (no voy a dar nombres). También vienen muchos profesores que buscan llegar con más facilidad a sus alumnos".
Aclara que la dificultad está en el desplazamiento y que a los hombres les cuesta más aprender que a la mujeres. "El zapateo tiene que tener gracia y encanto". Según su experiencia, la persona que quiera enseñar cueca tiene que tener condiciones que van más allá de saber bailar. "Es necesario el carácter pedagógico para que pueda transmitir el significado de fondo que hay en nuestro baile".

Fernanda García
Domingo 12 de septiembre de 2004
El Mercurio de Valparaíso