miércoles, 28 de marzo de 2007

La vieja ola: Eugenio Moglia


Eugenio Moglia, conocido como "el flaco Moglia", nació en 1935 en el barrio de Vivaceta. De sus padres heredó el gusto por la música y se recuerda tocando la guitarra desde muy niño. Sus primeras experiencias musicales fueron junto al conjunto "Fiesta Chilena", con quienes hizo sus primeras giras veraniegas a lo largo de Chile con el auspicio de la radio Corporación.
En los años sesenta integró junto a Alejandro González el grupo "Silvia Infantas y los Cóndores", con quienes hizo una gira de casi un año por las capitales más importantes de Europa. Entre sus recuerdos personales muestra fotos suyas y de su grupo paseando vestido de huaso por las principales capitales de Europa. En una aparece junto a Boris Karloff.
En los años setenta Eugenio Moglia integró junto a Patricio Liberona y Armando Zúñiga el grupo "Los Moros", en el cual también intervenía Jorge Yañez. Años más tarde formó en compañía de otros músicos el conjunto instrumental "Jacarandá".
Eugenio Moglia fue una figura importante de los años de mayor actividad folclórica en la capital. Cuenta que era necesario ser joven para aguantar tantos compromisos en los locales, radios y estudios de grabación. Moglia integró las orquestas del "Pollo Dorado" y la "Posada Tarapacá". Sin embargo, insiste en no quedarse con las añoranzas del pasado y prefiere dedicarse a promocionar su conjunto de guitarras "El Cuarteto Chile", que integra junto a Alejandro González, José Silva y su hijo Giordano Moglia, el único que ha heredado las dotes del padre.

Marcelo Somarriva Q.
Fotografía: J. F. Somalo
El Mercurio, Domingo 30 de Septiembre de 2001

martes, 20 de marzo de 2007

"La Cueca Centrina" de Los Chileneros. 1967


Amar al pueblo, amar al folklore y contemplarlo con mirada de poeta, es condición indispensable para todos los que trabajan en el arte del pueblo. Basándonos en este pensamiento de la coreógrafa del Conjunto de Danzas de la Unión Soviética Berioska, Naduzhda Nadezhdina, diremos que no tenemos autoridad para quitar o transformar lo único que tiene el pueblo: su música y su danza, que para nosotros tiene un arte y una belleza incomparable. Sólo el pueblo es el llamado a hacer las transformaciones, y el artista no es nada más que un intérprete de sus expresiones.
La presente grabación, la primera que se hace en su género, es un fiel reflejo de lo que decimos; a través de 18 cuecas, vamos a adentrarnos en el alma misma del pueblo, con toda su fuerza creadora.
Esta es la cueca “chilenera o centrina”, es el canto y la música del pueblo, que en Santiago y Valparaíso, enfrenta toda la avalancha de nuevos ritmos nacionales y extranjeros. Con ella el roto centrino de cuello duro, mantiene vivo el sentimiento de la chilenidad.
El origen de la cueca centrina es la transformación de la antigua zamacueca, que hicieron célebre las tres hermanas Pinilla, que llegaron, después de causar sensación en sus fondas de Petorca, a buscar escenarios más grandes a Santiago, en el año 1831, y un sitial más alto como el Parral de los Baños de Gómez de la Calle Duarte. Dice José Zapiola: Las Petorquinas realizaron en el arte una revolución más trascendental que la que ocasionaron en Italia los sabios emigrados de Constantinopla.
Su forma poética, sacada de la poesía popular española, tiene una medida fija, formada por una copla o cuarteta, que son 4 versos de 8 sílabas, luego un segundo pie, que es otra copla separada de la anterior por la pérdida de los versos, que son de 7 y 5 sílabas alternadas, el tercer pie es una cuarteta encabezada por el último verso de la segunda estrofa, con la misma medida; en estas tres cuartetas riman los versos pares, o sea, el segundo con el cuarto verso; para terminar, el cuarto pie o remate de la cueca, son dos versos de 7 y 5 sílabas que riman.
Los ripios y muletillas largas o cortas que se intercalan, pertenecen a la melodía, por lo tanto no alteran su forma poética de 14 versos. La animación que se hace dentro del canto se denominan piques y floreos, o “avivar la cueca”; casi siempre tiene un carácter eufónico, o sea, sonidos rítmicos tales como: tiqui tiqui tí, cala cala cá.
En la cueca intervienen 3 o 4 cantores. Cada cantor debe hacer primera y segunda voz. Para que la cueca no suene pareja por lo corto de la melodía que se repite 4 veces y media, se pone un cantor para cada pie. En el ambiente chilenero* o en las canchas * de la Vega, la Estación, el Matadero, el cantor entra en una fiera lucha de perfección, por quién hace mejor las cosas, quién sabe mayor cantidad de versos y más melodías, quién “saca” más entonado y alto, intenso y rítmico. Todos quieren sobresalir en los lotes* ninguno quiere ser menos que otro, y esta competencia los lleva a un mayor perfeccionamiento. Éste modo de “sacar”, melodioso e intenso, no tiene nada que ver con las lecciones y el estudio de los especialistas; la voz más completa que tenga todas las condiciones, no se compara a la tradición, que está fuera de todas las catalogaciones musicales, y el aprendizaje de la voz cultivada.
La cueca se canta gritada, como quien se para en el medio de la calle y grita para que escuchen todos: “Pego el grito en cualquier parte”, pero es un grito con melodía, un grito lleno de modulaciones. El cantor que a su turno lleva el alto o primera voz, trata de sacarle el mayor brillo posible, al pie que le tocó cantar, reflejando en la voz y el rostro toda la gracia, la malicia y la picardía de nuestro pueblo, que ve y vive el sentimiento del alma que está cantando.
Los instrumentos: Para el acompañamiento musical y rítmico de la cueca, se utiliza piano, acordeón, guitarra, batería y los 4 cantores con panderos. Todos los músicos son experimentados intérpretes chileneros, de lo contrario no pueden llevar el ritmo. En las canchas o picadas, donde reina la cueca, es suplida la falta de instrumentos, por un tarro parafinero, o una silla de madera terciada, 2 cucharas, dos platillos chicos de café y palmas.Los intérpretes de la presente grabación, son salidos del corazón del canto chilenero; son ellos.
Raúl Lizama. (El Perico) 34 años, toca piano, guitarra, acordeón, batería, pandero. Está considerado como uno de los más grandes cantores chileneros. Siendo hijo de cantores, empezó su arte desde temprana edad.
Luis Araneda. (El Baucha) Criado por la Estación Central, desde niño atraía la atención cuando tamboreando en los tapabarros de los camiones en que trabajaba, cantaba animadas cuecas. Es uno de los cantores que sabe mayor cantidad de versos y melodías. Une a su amplio repertorio un estilo de canto sentimental y al mismo tiempo intenso.
Eduardo Mesías. (El Mesías) Cantor brillante de hermosa y atractiva voz. Es comerciante muy querido por las canchas de la Vega y Vivaceta.
Hernán Núñez. (El Nano) Experimentado cantor. Es uno de los escasos compositores de versos de cuecas de calidad que tenemos. Famosa es su cueca La Guitarra, sus versos son solicitados por gran número de Conjuntos Folklóricos.

Vaya nuestra admiración y respeto, a los comerciantes de la Vega Central, polleros de la Estación, industriales del Matadero; en sus fiestas siempre están sonando los panderos, la guitarra, el “boca 'e caballo” (piano). Gracias a su estímulo y crítica se conserva la pureza del estilo.Este comentario pudo haberlo hecho con más propiedad el investigador Juan Uribe Echeverría, conocedor del estilo, pero el estudio más concienzudo, base de este trabajo, pertenece al investigador Fernando González Marabolí, obrero del Matadero, quien no ha escatimado ningún sacrificio por profundizar sus estudios de la cueca. A ellos, como a los cantores chileneros a quienes deseamos toda clase de venturas, Chile debe estarles agradecido.
Le dejamos pues, este “regalito” a los Conjuntos Folklóricos de Chile, para que beban de él las puras aguas de la tradición, aprendan y difundan el estilo del más auténtico cantar de la cueca.
El verdadero artista, que representa a su patria, no tiene la mente colonizada por la propaganda extranjera, no desprecia los valores nacionales y sus creaciones se inspiran en su propio pueblo, no basta autodenominarse -o que lo llamen- artista chileno, sino que hay que serlo.

Héctor Pavez.

Vocabulario.

Roto: No hay que confundir la palabra roto, con mal educado, ya que el roto personifica al criollo, culto o iletrado, pobre o rico, pero chilenazo ciento por ciento.
Lotes: Son grupos de personas del ambiente de la cueca chilenera.
Canchas o picadas: Lugares del ambiente chilenero.
Chilenero o Centrino: Músico o cantor de la llamada cueca o chilenera o centrina, que tiene su reino en los ambientes alegres de Santiago y Vaparaíso.

Nota: Este texto es la contraportada del long play: El Folklore Urbano Vol. III, “La Cueca Centrina”, del conjunto Los Chileneros, grabado el año 1967 para el sello Emi Odeón.